Aplastados vivimos,
sometidos,
engañados,
con la sonrisa del silencio en nuestras caras,
la mirada sorda, el suspiro ciego...
Cae la noche,
crujen los dientes,
gimen los cuerpos,
pasan los años...
y entre arbustos resuena el tambor,
se afila la flauta,
se pulen pinceles
y cuando llegue el alba,
cuando retumbe el tambor,
pintaremos este lienzo de otro color
y nuestra alabanza sera LIBERACIÓN.